martes, 31 de marzo de 2009

De pesca por Burgos......pero poco.

El pasado verano visité la provincia de Burgos con la familia con la intención de pescar además de hacer turismo. Para mí era como ir a una de las "catedrales" de la pesca en España, siendo la primera vez que visitaba aquella comunidad con los avíos de pesca.
Ya se sabe que cuando vas con la familia tus deseos pasan a segundo plano, así que solo pude salir un par de tardes a dos escenarios completamente distintos.


Mi primera escapada fué a una laguna artificial cerca de mi alojamiento rural ( en 15 minutos estabas pescando). Era una masa de agua en régimen especial y solo albergaba basses y, según dicen, algunos lucios que han echado para eliminar la población de pércidos (no sé si será peor el remedio que la enfermedad ). Basses desde luego que había, doy fé de ello por haber sacado unos cuantos a mosca, pero de tamaño pequeño aunque con un color verde oscuro en la librea espectacular....de los más bonitos que he visto nunca. La primera tarde que estuvimos localizando el lugar no nos dió una buena impresión, dado que sus aguas son muy oscuras y no se veían peces por ningún lado.

A pesar de ese color de las aguas el escenario era precioso, solo se respiraba tranquilidad.....y el griterío de la chiquillería
























En esta foto podéis apreciar ese color tan extraño, que no es óbice para que las percas estén a sus anchas, con abundante vegetación subacuática. Los mejores ejemplares se sacaron con artificiales (cucharillas y rapalas).




No quise seguir pescando en esas aguas a mosca, entre otras cosas porque mi ilusión era bañar mis moscas en rios trucheros e intentar alguna captura, además de no llevar imitaciones o señuelos idóneos para la pesca del bass, sólo algunos streamers y no muy "voluminosos".





El sitio que elegí para mi "bautismo de fuego" en aguas castellanoleonesas, por cercanía a mi hospedaje, fue el tramo libre sin muerte del Ebro, entre Tudanca y Cidad del Ebro, aunque solo pesqué en la cabecera del tramo ya que la población de truchas que aprecié nada más meterme en el río era como para no meverme de allí. Por otro lado iba solo, en un río desconocido y con un caudal bastante importante....como para andarse con cuidado. Curiosamente todo el Ebro bajaba con mucho más caudal del normal, posiblemente porque estaban desagüando el embalse en Reinosa por la Exposición de Zaragoza. No es nada normal que en esa época de año el río bajara con tanta fuerza.....y eso las truchas lo notan. En otros cotos, como el EDS del Trema y el Arlanzón, no se veía ni por asomo un caudal tan importante.







Cardúmenes por doquier, no solo de truchas, sino de cachos, barbos (algunos de muy buen tamaño) y también creí ver algún lucio.









Así que la última tarde de estancia en Ahedo me decidí por fin a mojar mis moscas y a estrenar el maravilloso vadeador transpirable que me agencié en los Estados Unidos (harto del vadeador de neopreno que he usado siempre), que todavía estaba en la caja. Me fuí demasiado temprano, a las 5, con un calor de cojones...pero las ganas pueden más que cualquier impedimento, bien lo sabéis. Al poco de estar en los aledaños de la poza, pescando con ninfa (pues no veía cebarse a ningún pez) observé una de las cosas más bonitas que jamás había visto con claridad: un salto de más de un metro sobre la superficie del agua de una trucha cebándose a 3 metros escasos de donde yo estaba. Además, fué a cámara lenta....ví perfectamente toda su librea y como caía otra vez. Imborrable. Y una señora trucha.


Quité la ninfa y coloqué una de las moscas que monté.....al quinto lance enganché una truchita de unos 15 centímetros, preciosa. La mala fortuna fué que cuando estaba sacando la cámara para inmortalizar tan maravillosa captura un aldeano del pueblo se acercó a grito pelao para que quitara el coche, que estorbaba al paso de un remolque. Manda cojones.....tuve que soltarla sin hacer la foto y darle las llaves al individuo, porque de lo contrario hubiese puesto bueno el coche de agua. Para más cruz, el sujeto en cuestión le pegó dos arreones a los bajos que me pusieron de no muy buen humor.......Después del percance solo pude clavar dos truchas más, de menor tamaño y que se soltaron en la lucha. De la "reina" del salto nunca más se supo. De hecho no veía cebarse a los peces, solo alguna subida ocasional, por lo que volví a pescar con ninfa lo que quedó de tarde, que no fué mucho pues preocupado por el viaje de vuelta por un camino forestal algo "sucio" que me podría deparar algún percance, me volví pronto a casa, antes de anochecer que era la mejor hora.


En resumen.....que de pesca, por desgracia, poco. Pero que han merecido la pena estas excursiones. Entre otras cosas porque ya sé que cuando vaya con la familia "casi" es un equipaje inútil llevar las cañas y demás arreos. Aparte bromas la experiencia ha sido muy positiva: pescar en rios distintos a los que frecuento, comprobar que algunas de las moscas que monto si que pescan, conocer estos entornos tan maravillosos.....



Saludos.

Algún recuerdo....

Estoy en el dique seco....y no sé por cuanto tiempo.
Me desespera que haya comenzado la temporada y no pueda ni tan siquiera sostener una caña en las manos. Dichosas cervicales......y es que la edad no perdona.
Tengo los archiperres preparados desde hace algún tiempo, todo "empaquetado" para salir raudo a la menor ocasión para bañar las moscas. Mi hija pequeña también está ansiosa por salir un rato de pesca, por acompañarme, como el pasado año, a intentar engañar algún pescadillo. Pero va a tener que esperar.


Ansía, como yo, echar una buena tarde, con Juan José en el intensivo que tanto frecuentamos y que este año debe estar muchísimo mejor que la temporada pasada. Por lo menos agua si que llevará, porque hay que ver el regato en el que se convirtió. O "acampar" una tarde de esta primavera a tentar a las carpas en cualquier embalse cercano a casa.




Juan José en Riofrío, Julio 2008



Espero que esos tramos tan querenciosos hayan mejorado de aspecto.


Una captura, con la peque entusiasmada.


Ya tengo ganas de intentar instruirla en la mosca, dentro de lo poco que yo sé. Desde luego ya ha hecho sus pinitos pesqueriles, iniciándose (como yo a su edad) con la caña de mano y la boya o a fondo, persiguiendo a las carpas, la mejor escuela para cualquier infante.



La primera captura de la pequeña. Joé si le costó......


Carpín en un embalse malagueño. Y los pequeños disfrutando.....


Y es que esa afición naciente hay que fomentarla, con la técnica que sea pero que asegure la mayor cantidad de capturas posibles, con el fin de que el gusanillo se instale bien. Ya habrá tiempo de enseñar cosas nuevas algo más complejas, como pescar a mosca.


Espero que siga con el camino trazado.