sábado, 10 de diciembre de 2011

Rececho de cabra montés

Hemos terminado pronto este año, a pesar de que todo hacía presagiar una dura jornada buscando las monteses en el coto.

A las 8 de la mañana ya estábamos desayunados Álvaro y yo. El guarda no había aparecido por el bar de la cita así que fuimos al cazadero para ver por dónde entrar. Allí estaba nuestro guía, Cristóbal, guarda del coto, que se había retrasado por la niebla.

Después de dar una vuelta con el coche y ver algunas hembras muy lejanas decidimos revisar una ladera muy querenciosa donde el guarda las había visto el día anterior. Allí estaban, aunque algo lejos. La entrada fue muy bonita, pues íbamos tapados por los pinos que lindaban con las peñas, hasta acercarnos lo...."suficiente" (más de 200 metros a "ojímetro").




El tiro se presentaba largo y hacia arriba, como menos me gusta por lo incómodo que me resulta posicionarme. Álvaro me coloca su mochila para el apoyo y las monteses ya están poniendo tierra por medio. Veo el tiro difícil, pues no logro meter ninguna cabra en el visor. Una se para y me da el pecho aunque algo oblicua, logro tranquilizarme, meterla bien en el visor, montar el pelo y disparar. No sé si he acertado; el guarda dice que no, pero mi socio dice que está muerta....yo creo que he acertado pero la he perdido de vista.
Nos toca subir a comprobar el disparo. Dura ascensión que nos lleva un buen rato, hasta que por fin vemos la sangre de la cabra y que a unos metros yace inerte con un perfecto disparo.



Se nos ha hecho corta la mañana, pero ha merecido la pena.

Gracias a Álvaro por la compañía y a Cristóbal por meternos en el sitio.