jueves, 3 de septiembre de 2009

Una tarde de carpas

Este verano no ha sido prodigo en salidas de pesca. La estancia en la playa y los deberes familiares no me han permitido mojar las moscas...otro año será.
Alguna tarde si que nos hemos escapado a un embalse cercano a casa (en muy buenas condiciones por cierto) sobre todo por la insistencia de la abuela de mis hijas, para llevar a mi sobrino a conocer la pesca. No era por tanto una situación para el disfrute personal sino, como casi siempre, para un disfrute en familia, donde los deseos de los pequeños están por delante de los tuyos.


El grupo de pescadores


El propósito era solo ese: dar a conocer la pesca a mi sobrino, por lo que que una caña por cada uno de los infantes, eligiendo ellos la modalidad de pesca, con flotador o a fondo. El cebo...el más fácil de conseguir: maiz.

Haciendo apología de mi otra afición, tan atacada desde el desconocimiento

No se dió muy mal y conseguimos algunas carpas de mediano tamaño y un barbo. El disfrute de Javi a todos nos llenó de alegría, a la espera de repetir otra tarde en cuanto venga de nuevo por aquí.
Su primera lección: captura y suelta




Incluso hubo tiempo para un reportaje de nuestra acompañante perruna, Kala, que hubo de estar buena parte de la tarde atada dada la afición que tiene al agua.




2 comentarios:

  1. Muy buenas J.Antonio. Las salidas con la familia son tan necesarias que no hay que dejarlas atras. Es un seguro de vida. Genial las primeras lecciones del chaval, con captura y suelta y todo. Y del perrillo que te voy a contar, que yo a la mia no la puedo llevar junto a mi. Me espanta a todo bicho viviente la hija de su madre. Jajajajaja¡¡¡ pero estarás de acuerdo conmigo en que se les quiere a más no poder. Son de lo más noble que hay. A ver si esta temporada nos vemos por tierras malagueñas y compartimos una jornada.
    Un abrazo compañero

    ResponderEliminar
  2. Claro que sí, Luís. A ver si organizamos algo por mi tierra.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar