La tarde de ayer se presentaba calurosa, con algo de viento pero propicia para hacer una visita al tramo del río que más frecuento, para ver su caudal, ver su fauna e intentar engañar algún ciprínido con la mosca.
Lo que inicialmente no dejaba de ser algo rutinario, se convirtió en una pesadilla que incluso no me ha dejado conciliar el sueño.
En cuanto bajé del coche aprecié que el río había cambiado. Comencé a caminar aguas abajo y la impresión fue alarmante. Rodadas de las excavadoras por doquier, nuevo cauce del río, construido artificialmente...y un tramo incomunicado del curso principal. Un tramo de unos 100 metros que habían aislado haciendo un talud en su entrada y otro en su salida. Un tramo donde siempre había corriente se había convertido en un estanque donde a duras penas sobrevivían una gran cantidad de barbos de distintos tamaños: Alevines, adultos, medianos...
En esa situación, el crecimiento de espadañas, carrizos, algas y demás vegetación, y la eutrofización de las aguas, va a consumir muy rápido el oxígeno, y con el calor reinante en estas latitudes en esta época del año, el futuro de los peces es fácilmente imaginable.
Llamé al 112 a las 18:10 de la tarde, denunciando tal situación. Me dijeron que activarían a los recursos necesarios para hacer frente a esa emergencia. Allí permanecí hasta las 19:45 sin recibir visita ni llamada alguna de la posible ayuda que iban a enviar.
En ese largo rato contacté con algunos compañeros pescadores y un agente de medio ambiente, que me tranquilizó y me dijo que había hecho lo correcto.
Esta mañana volveré al escenario, a ver si han dado alguna solución o si alguien se persona para levantar un atestado.
Ahora pienso que si no hubiese ido de pesca y denunciado la situación, nadie se habría enterado de lo ocurrido. ¿Cuántas situaciones como está se dan a diario en nuestros ríos, sin que nadie sepa nada?
Segunda parte...continua la indiferencia.
Esta mañana he vuelto, a ver si alguien había hecho algo.
La maquinaria estaba trabajando en el cauce del río, sacando ingente cantidades de áridos con enormes camiones con remolques. He hablado con uno de los conductores, pero se ha limitado a decir que estaba haciendo su trabajo y que hablase con su jefe. Una cadena en el camino (no sé si muy legal porque es de servidumbre para las fincas adyacentes) me ha impedido acercarme con el coche; además, prefería el apoyo de algún agente de Medio Ambiente u otra autoridad antes que "enfrentarme" solo con los responsables.
He vuelto a llamar a 112, contestándome que la información de ayer continuaba abierta, habiéndose notificado a los grupos de acción pertinentes (SEPRONA, INFOCA, etc). Le he indicado a la operadora que todo estaba igual y que nadie me había llamado ni tenía conocimiento de que se hubiesen personado en el lugar de los hechos. Insistí en que permanecería allí hasta las 10 de la mañana.
Nadie ha hecho acto de presencia y nadie me ha llamado para requerirme información.
Son las 11:30 cuando termino de escribir esta entrada. El teléfono sigue sin sonar, y el tiempo de vida de los barbos se acorta.