Ya he vuelto al trabajo. No estoy al cien por cien, pero necesito estar activo, tantos días sin poder hacer casi de nada cansan.
Como "homenaje" a mi regreso preparé media jornada de pesca, solo por la tarde, solatero, pues algunos amigos a los que llamé no podían acompañarme, así que a las 5 de la tarde puse rumbo a las aguas, al embalse al que suelo ir, pero por una zona que tenía en mente desde hacía tiempo y donde siempre se pueden obtener buenas capturas. El día acompañaba, apenas aire y una temperatura muy agradable....ideal para estrenar el kayak, pero se quedó en casa, esperando la solución del papeleo burocrático.
La imagen del embalse era de postal, con el olor de las gayumbas casi totalmente florecidas y desprendiendo ese maravilloso olor que tanto me recuerda mis excursiones de pesca cuando era niño....
Poca gente en las orillas, algún pescador con vinilos, otro con rapala...pero ambiente tranquilo, nada que ver con el día que estuve con mi hija. Es la ventaja que tiene pescar entre semana.
Los basses muy inactivos. Los dos pescadores con los que me crucé comentaban lo mismo: "hacía 10 días estaban como locos, pero ahora están en el fondo y no salen con nada". Lo pude comprobar con las moscas. Al principio pesqué con poppers de foam, y es cierto que al cuarto o quinto lance algún bass subía, seguía al señuelo y se volvía al fondo. Esa fué la tónica las dos primeras horas.
Cambié a un stremer muy lastrado, uno que os presenté en otra entrada, basado en los señuelos de mar. Ese si que sacó de las profundidades algunos basses, aunque pequeños y con el mismo comportamiento...seguirlo unos metros y volverse al fondo, sin entrarle.
Algunos cardúmenes de carpas en el centro de las reculas que exploré y a las que intenté engañar con imitaciones de mosquito, quironómidos, etc, pero que no estaban por la labor de hacerme pasar un buen rato.
Hice un pequeño descanso, a la sombra de un eucalipto, donde tranquilamente dejé mi mente volar, fumándome un cigarrillo y disfrutando del maravilloso paisaje, con el vuelo de las esquivas tórtolas y sus arrullos en los árboles cercanos.
Pescar pesqué poco, el puñetero brazo aún no me permite un largo ejercicio, pero si que me pegué una buena caminata orilleando, viendo con repulsa la huella del paso de nuestros semejantes....
...además de puercos, algunos quieren el agua gratis....
Tras la parada, reanudé la pesca. En un taraje solitario en mitad de una pequeña ensenada y tras un lance con el stremer de fondo, algo siguió a la imitación....algo muy gordo, que se volvía al refugio del taraje al poco de seguir al señuelo. Así lo hizo en cuatro ocasiones, hasta que dejó de seguirlo. Ya no salía de su refugio.
Cambié el bajo de línea y puse una imitación de abejorro, hecho con pelo de ciervo negro y amarillo, que adquirí hace muchos años y que había usado poco. Bendita elección.
Lanzado perfecto, a un palmo del taraje...pausa, pequeño movimiento de la caña, el moscardón que se mueve un poco....y ZASSSSSSSSSSSSS. Había entrado, y como tiraba el puñetero. La caña en total flexión y largando línea...."poco a poco, poco a poco" me decía. Con tranquilidad, sin forzar en exceso y trás unos minutos de lucha, que ahora se me hacen cortos, vió la luz en la orilla el magnífico rival.....
Preciosa lucha y precioso bass. Gracias amigo mío, espero que el próximo pescador que se tope contigo te devuelva también a las aguas y, quizás algún día, nos volvamos a encontrar.
Fué la única captura, pero supo a mucho. Hacía mucho tiempo que no sacaba un bass de esas dimensiones.
A pesar de quedar suficiente luz todavía, regresé al coche. No podía seguir pescando por el entumecimiento del brazo....y todavía tenía que conducir para volver a casa. En el camino de vuelta al vehículo más de lo mismo: basura por todos lados y pocos basses por la orillas. Me dá la impresión que el "captura y suelta" no lo tienen asimilado los que habitualmente campan por estas orillas......una pena.